El peligro de la verdad - @sergio_escribe - Columna - Editorial - Sergio F. Esquivel
Columnas De Paso

El peligro de la verdad

Cada vez que te subes a un avión ocurre. No importa cuál sea tu ruta, tu vuelo en algún momento alcanza un punto en su recorrido en el que, debido al consumo de combustible, ya no es capaz de regresar a su aeropuerto de origen, forzosamente tendrá que aterrizar en su destino. Se le conoce como: “punto de no retorno”.

Se utiliza también en diferentes contextos; quienes hablan de cambio climático se refieren a que la destrucción de la selva amazónica o la pérdida de hielo en Groenlandia están llegando a un punto de no retorno. Un punto de no retorno se refiere un cambio irreversible.

Mi papá solía decirme: el acto de conciencia es único e irrepetible.

¿Te acuerdas cuando creías en Santa Claus? Yo sí. No solamente creía fervientemente en su existencia -y ahí estaban los juguetes para demostrarla-, sino que amaba creer en ello. Cosas de niños.

No sé exactamente cuántos años tenía, pero lo que sí recuerdo perfectamente es esa sensación de frío que me recorrió el cuerpo entero cuando un amigo me dijo burlonamente: “Santa Claus no existe, son tus papás”. Una vez que lo escuché, supe en cada célula de mi cuerpo que lo que el canijo me acababa de decir era verdad. Un punto de no retorno.

Un instante, una fracción de segundo apenas y de pronto entiendes algo, tomas conciencia de la verdad y no hay vuelta atrás. La verdad, también nos lleva a un punto de no retorno.

A eso se refería mi padre; el acto de tomar conciencia es una experiencia única e irrepetible. Nunca más volví a descubrir la verdad de esos regalos. Fue un aprendizaje único e irrepetible. Yo le agregaría: irreversible. Y mira que lo intenté; aquella noche cuando me fui a dormir traté con todas mis ganas de borrar de mi conciencia ese comentario artero que había terminado con mi fantasía.

Huir de la verdad. Esta es una de las maneras en las que tratamos de lidiar con realidades incómodas, que nos lastiman y/o nos sacan de nuestra zona de confort.

A todos nos sucede, de inmediato llegan los trucos de la mente con planes de esconder todo debajo de la alfombra, tratar de ignorar lo que ya se formó con claridad en la conciencia. Es justo ese el peligro de la verdad, que no siempre se va a alinear con las ideas que tenemos de como son las cosas y puede cambiarnos de manera irreversible.

No todos los descubrimientos llegan de afuera. Hay también puntos de no retorno en el entendimiento de nosotros mismos. Ahí radica la dificultad de mirarnos en el espejo. Nos da temor escarbar profundo en el origen de las emociones que nos hacen actuar de tal o cual manera. Ese miedo es al final, la negación de la conciencia. La dificultad de vernos por lo que realmente somos y no lo que pretendemos ser. De aceptar conscientemente algo que nos cuesta trabajo reconocer como verdadero.

La introspección, la reflexión y el camino del descubrimiento del interior pueden esconder verdades acerca de ti mismo que crucen el punto de no retorno.

Enséñame un espejo que no te culpe y te enseñaré a un hombre sin infiernos…

En esta vida puedes huir de todo menos de la verdad.

 

Sergio F. Esquivel

Columna: De Paso.

Publicada por Novedades Yucatán el 10 de septiembre 2021

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